Becada en la nieve

La nieve, seguramente por las contadas ocasiones en que se deja ver por estos lares, me ha cautivado desde siempre. De ahí que busque de vez en cuando una excusa para pintarla. Y en esta ocasión el pretexto es una chocha perdiz o becada (Scolopax rusticola) fruto de un encuentro de hace unos años con esta preciosa, solitaria y esquiva ave. Y fue una fugaz nevada nocturna que vistió a la mañana siguiente con un fino manto níveo todo el paisaje. Así que fue imposible negarse a dar un paseo y disfrutar del frescor matutino y del nuevo paisaje, pues con la nieve el paisaje que ves todos los días adquiere otra dimensión. Es otro paisaje. Es otro lugar. Y hay que disfrutarlo. Y andando por el sendero, ascendiendo el monte, observando rocas, árboles, arbustos... vestidos con blanco traje bajo un cielo despejado de nubes. Limpio. De azules intensos que se reflejaban en multitud de matices sobre la inmaculada nieve. Y ya casi llegando arriba, de repente, casi a mis pies, una de las piedras que había en el camino cobra vida y emprende el vuelo. Su plumaje y silueta es inconfundible: se trata de la mencionada becada. Quedé encantado con el encuentro y ya desde ese mismo instante decidí que tenía que plasmar con mis pinceles la escena vivida, representando a esta ave camuflada, como si de otra piedra en el camino se tratara y los diferentes azules que se reflejaban en la nieve que me rodeaba. Y bueno, aquí podéis ver el resultado.

Aprovecho la ocasión y los días en que nos encontramos para desearos a todas y todos los que os pasáis por aquí unas Felices Fiestas y que cada uno las viva de acuerdo a sus creencias o que sencillamente disfrute de estar vivo. Desearos también que el próximo año 2015 os sea mejor en todos los sentidos que este que se nos acaba. Espero que nos sigamos viendo por aquí. Gracias.

Becada en la nieve

Óleo alquídico sobre tabla

50 x 35 cm.